Muestra colectiva de artistas mujeres en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres. Córdoba, Argentina. Inauguración 2 de marzo, 19:00 hs.

Pintar o el olvido de sí

Una variedad de miradas se conjugan en un espacio, diferentes versiones establecen singularidades poéticas en la infinitud de una práctica, la pintura. La historia del arte, tal como se nos presenta, responde a un canon esencialmente diagramado para desarrollarse en la linealidad del tiempo, desde su inicio a su fin. Ese derrotero en el progreso de un punto a otro punto equivale, en términos generales, a un principio científico; al predominio de la razón eficiente sobre otras formas de conocimiento. Esa podría ser una versión del arte, aquella donde lo visible encandila y el saber responde a sus criterios, sin embargo, hay mucho más. El no- saber, el reverso, el cuerpo, ondulaciones del tiempo y la materia y lo invisible presuponen su existencia en movimiento, su manifestación real en todos los ámbitos donde la expresión invade. La manifestación pictórica excede la región de lo visible, el tiempo nos conduce por bucles de símbolos y sentidos que se reactualizan con nuestra mirada, ella es poderosa como un rayo. Cada una de las artistas que exponen hoy, presentes en las salas con sus obras, recorren las inmediaciones de ese no-conocimiento, de ese viaje al olvido de sí. Cada una, ofrece la meditación particular de su expresión, enredos de materia que escapan airosos, al alienado engarce de la continuidad. Como sí, en el espejo insistente de la pintura, su tradición más ferviente, la que olvidó incluir mujeres, la voz furiosa se expandiera y en el retorno de lo bello creciera, lo que siempre en secreto acechaba.
Mariana Robles
 

Jardines en la mirada

El paisaje contemporáneo es un aspecto de gran importancia para la vida de los hombres; el paisaje compone nuestro hábitat y al mismo tiempo constituye intrínsecamente lo que somos, como individuos y comunidad. El arte comprendió a lo largo de la su historia invaluables aportes, incluida la propia noción de paisaje. En la obra de Julia Romano específicamente en sus jardines artificiales se recompone, a través del montaje, lo que la mirada obtiene del mundo exterior. La intervención artística y poética es presentada como creadora de un espacio real, sugiriendo que toda forma de paisaje supone siempre un sentido estético del mundo. Los diseñados jardines artificiales muestran el necesario rumbo artístico del espectáculo natural, ya sea una imponente montaña o un diminuto jardín doméstico. La dimensión compositiva elabora nuestro entorno acorde a un universo simbólico y experiencial, produciendo infinitos escenarios y ficciones culturales que, en nosotros crecen,como enredaderas.

Mariana Robles

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