Estudios sobre el Paisaje - Gainsborough/TulumEntrevista realizada por Natalia Elías en el marco de la muestra Estudios sobre el Paisaje, en la Galeria de Arte Artis. Córdoba, Argentina.

La obra de Julia Romano se basa principalmente en la construcción de imágenes digitales a partir de fotografías. En sus trabajos, es recurrente el tema de la belleza, donde se enfatiza su aspecto estético, de disfrute y deleite, cuestionando el hecho de la posibilidad de generar belleza en el mundo contemporáneo.

Se ha interesado por el estudio del paisaje como objeto estético a lo largo de la historia del arte, y en las posturas contemporáneas sobre su existencia a través del hecho artístico. En sus obras este género se transforma y evoluciona caprichosamente, muchas veces invadiendo -a través de la intervención y la instalación-, arquitecturas reales. Finalmente, la fotografía en su obra es tan solo un fragmento, donde es la representación lo que se pone en cuestión. El paradigma es el artificio.

Estudios sobre el Paisaje, de Julia Romano, es la primera muestra individual del año, donde presenta un recorrido absoluto de la serie de fotografías y collages digitales realizados entre el 2012 y 2013.La artista aborda el paisaje contemporáneo latinoamericano con representaciones pictóricas clásicas de paisajes europeos.

En esta serie, que se puede recorrer en la sala principal de Artis Galería hasta Septiembre intenta plantear en qué momento el territorio se transforma en paisaje. Hace hincapié en que el concepto paisaje nace en el seno del arte y por la necesidad de ponerle nombre a la instancia de observar el derredor de manera desinteresada, desvinculada de cualquier razón, utilidad o beneficio.

Su obra concretamente luce alegre, vivaz, trabaja con colores y formas que armoniosamente se presentan al espectador transmitiendo paz, involucramiento, desde sus intervenidos paisajes, proponiendo un momento plásticamente agradable.

¿Cómo te fuiste acercando al arte?

-Ha sido muy paulatino. En casa, me estimularon muchísimo y creo que allí reside el incentivo más fuerte. Después, entre las actividades extras a la escuela, fui a un taller de plástica. Allí estuve varios años e inclusive con la profe preparé lo necesario para entrar a la Escuela de Artes de la UNC.

En un principio me parece que relacioné el arte con la academia, traté de buscar algo que me mantuviera unida al arte pero a la vez tener una profesión. Creo que era la manera de darle una forma concreta a lo que me gustaba.

Cuando ingresé a la facultad fue más fácil… la academia me sirvió para legitimar ese amor por el arte que sentía tan volátil e impreciso, especialmente cuando lo relacionaba con otras cosas más concretas de este mundo! La Universidad me dio la seguridad/confianza para estudiar arte y verme como artista. Sin aquel respaldo nunca me lo hubiera planteado como posibilidad.

¿Y cómo se fue desarrollando ese acercamiento al arte pero desde lo académico?

-La facultad siempre fue para mí una instancia seria. Pero la tomé como una etapa de transición: aprender cosas concretas y básicas para luego construir encima. Inclusive ahora me doy cuenta que nunca quise ser docente, que al final empecé la facu para ser artista, para dedicarme a la producción, pero creo que fui haciéndome amiga de esa idea luego de terminados los años de estudio.

¿Cómo definís tu obra?

-Mi obra en general es una instancia de regocijo. Siempre fue así. Debo decir que muy pocas veces sentí frustración en el momento de la creación, en el momento de trabajar.

Refleja perfectamente mi mirada optimista de la realidad, una realidad que se presenta llena de promesas, posibilidades. Creo que el arte me permite tener esta postura llena de “energía positiva”.

Por eso, concretamente mi obra luce alegre, vivaz, trabajo con colores y formas que armoniosamente se presentan al espectador. Propone un momento plásticamente agradable. Estos parámetros han estado presentes en mi trabajo desde siempre… desde hace ya más de 10 años.

¿ Y tu proceso creativo por donde atraviesa?

-Me voy dejando llevar por las imágenes, yo trabajo especialmente con imágenes, ahora de paisajes (viejos y nuevos) pero siempre con piezas que tienen mucho para decir por sí solas, es como si hablaran y me indicaran por dónde ir. De todas maneras, esto no significa que todo es pura intuición, porque el proceso creativo también son horas y horas de trabajo, de conocer las herramientas, de probar, de leer mucho, de relacionar, de ver y visitar otras muestras, otros procesos. Mantenerse conectado, informado, en este sentido me ha ayudado muchísimo mi trabajo como empleada de cultura de la provincia y mi trabajo cotidiano en el Museo Caraffa.

Hace poco tu obra fue seleccionada en el XXXIII Salón y Premio “Ciudad de Córdoba”, que mirada le prestas a estas instancias de premios, legitimación, crecimiento y reconocimiento, que significa para un artista.

-Que puedo decir, ¡me da mucha alegría! Los concursos de arte contemporáneo tienen sus aristas, entrar me complace muchísimo (y más sabiendo que son instancias con muchos participantes) pero también sé que son mecanismos que me superan como artista y hoy puedo ser parte y mañana ya no, esa es la “lógica”. Lo que quiero decir es que los concursos son una especie de lotería. Tomo estas oportunidades como instancias para llenarme de energía, confianza y seguir adelante.

Excelente, la respuesta del público ante tu muestra recientemente inaugurada en Artis , en esta serie podemos decir que se refleja frescura, iluminación y por sobre todas las cosas, está muy marcado tu presente, la maternidad, ¿cual es tu deseo de Estudios sobre el Paisaje en el espectador?

-Me parece que haciendo una mirada abarcativa, deseo que estas obras planteen en el espectador la sensación de que el paisaje que nos rodea es para cada uno, es un territorio que nunca observamos objetivamente sino que lo vamos construyendo a medida que lo sentimos y vivenciamos. Por eso siempre , es diferente, es una construcción. Es un escenario donde depositamos nuestra historia e idiosincrasia.

La idea de paisaje es como si ya nos viniera dada. Pero el paisaje está en constante transformación, porque nosotros estamos en constante transformación. Por eso propongo reinventarlo, pensarlo a la medida de cada uno. El paisaje es territorio visto con ojos románticos.

Cómo trabajas esa transformación de la que hablas anteriormente, siendo además, una propuesta que venís investigando desde hace diez años.

-En esta serie trabajo fotografías digitales de paisajes con imágenes de pinturas escaneadas o extraídas de internet de artistas reconocidos en la historia del arte por haberse dedicado a representar el paisaje en sus telas. El collage digital sería la técnica predominante. Todo el trabajo se realiza en una plataforma digital donde recorto, pego, copio, yuxtapongo, superpongo. La imagen resultante luego la imprimo en papel fotográfico.

¿Que expectativas te genera esta muestra en Artis?

-Muchas, ya que , se ha podido ver alguna que otra obra de esta serie en los salones pero tenía ganas de poder exhibirla toda junta. Creo también que mucha gente conoce mi obra a través de las instalaciones e intervenciones que realizo de vez en cuando, me interesa que puedan apreciar este otro trabajo que considero el núcleo de mi producción. Exponer en Artis también me abre las puertas para que públicos diferentes conozcan lo que hago, ya que es un espacio que tiene su historia y su prestigio. Me interesa aprovechar esto para conocer gente nueva.

¿Te interesa la mirada del público ante tu obra?

-Claro que me interesa, mi obra la hago para alguien que la mire! . Es muy gratificante para mí abrir las puertas de mi producción a todo tipo de público. Yo he trabajado mucho tiempo en el área de recepción y visitas del Museo Caraffa y he cultivado por ello la convicción de que el arte no existe si no hay quien lo mire, lo disfrute, lo sienta, lo rechace. Todas las miradas me enseñan a trabajar, a pensar mi producción desde perspectivas renovadas.

¿Y de la observación más crítica, la de los especialistas en arte, los coleccionistas, curadores?

-Los coleccionistas y curadores son espectadores más críticos y avesados que por supuesto a la hora de tener que calificar mi producción, sus opiniones, apoyo y concejos me resultan valiosísimos.

¿En qué momento se encuentra tu etapa artística?

-Estoy contenta, la veo como un momento en donde estoy recogiendo frutos, recibiendo algún reconocimiento y feedback del medio artístico. Esto me hace sentir más querida, más cómoda. Yo apuesto por la producción local, por los artistas “de acá” y quiero ser un ejemplo de ello, una artista que labura y puede incidir en el espacio en el que vive.

La última, ¿Adónde va el arte hoy?

-Creo que por un lado, el arte está queriendo llegar a una mayor cantidad de público. Las instituciones culturales públicas, sus equipos de trabajo, propuestas, actividades y en general las políticas culturales, nos hablan de un arte más para todo el mundo, para disfrutar y acercarnos a diferentes saberes. Por otro lado, la parte mercantilista del arte también ha crecido mucho y en algún punto que se torne espectáculo no resulta muy alentador. Es decir, se transforma en un arte lleno de vicios que degradan al artista y su producción y ese otro esfuerzo por democratizarlo se ve truncado.

Creo que lo más importante es que el arte pueda alcanzar todos los sectores, que se inserte en el mercado por supuesto, porque los artistas queremos vivir de nuestra producción. Pero como siempre y en todo, encontrar un sano equilibrio. Y pienso que en el arte ese equilibrio es el que hace a su integridad.

http://artis-comunica.blogspot.com.ar/2013/08/entrevista-con-julia-romano.html